Fernando Alonso resucita a lomos de un Aston Martin que combina la sutileza de Red Bull y la potencia de Mercedes

No entraba en los planes. El tercer puesto de Fernando Alonso en Baréin, en la primera cita de la Fórmula 1 de este 2023, ha sorprendido incluso en el seno de Aston Martin, cuya planificación contemplaba cierto coqueteo con la zona alta de la tabla, pero no de una manera tan temprana. Los hechos se han anticipado al menos un año, teniendo en cuenta que la escudería quedó séptima el curso pasado en la clasificación de fabricantes y que su piloto más rápido, Sebastian Vettel, sólo pudo llegar hasta la decimosegunda plaza. Con estas coordenadas de por medio, la previsión era más bien pesimista, estaba lejos de los excelentes registros que ha dejado el AMR23.

La carrera no sólo ha servido para resucitar al corredor asturiano, que ha vuelto a subir a un podio después de dos años en el dique seco, sino que además ha puesto de manifiesto que incluso en escenarios tecnológicos como este, tan poco dados a la sorpresa, también tienen cabida las situaciones inesperadas. Los pronósticos en las mejores casas de apuestas España vaticinaban una mayor suficiencia por parte de Ferrari, Mercedes y Alpine, serios aspirantes a meterse en el tridente de la victoria pero que finalmente sólo claudicaron ante el poderío del bólido turquesa.

Con los dos puestos de cabeza bien atados por Red Bull, que ya suma diecisiete de veintiún triunfos posibles, apareció el monoplaza de Aston Martin, cuya puesta en escena evidenció al menos un par de cosas: que sus neumáticos soportan mucho mejor la degradación que los del SF-23 y que su propulsor es más potente que el del W14. A esto hay que sumar la delicadeza con la que la escudería de Silverstone viene tratando cada uno de los elementos que configuran la aerodinámica del coche, muy en la línea del trabajo realizado por Red Bull en sus últimos diseños.

Se trata de una mezcla de ingredientes que no es fruto de la casualidad, y es que basta con poner el foco sobre el equipo de ingenieros de Aston Martin para encontrar dos nombres clave en todo este asunto: Dan Fallows y Eric Blandin. Ambos militaron hasta la campaña pasada en Red Bull y Mercedes respectivamente, por lo que el proyecto de Lawrence Stroll se alimenta, como es obvio, de esas dos trayectorias. La capacidad aerodinámica, la fiabilidad del motor, el tren trasero y las suspensiones han sido los principales beneficiados.

Esto ha provocado el recelo de la escudería con base en Milton Keynes, que desde que se anunciaran las características del AMR23 viene acusando de plagio a Aston Martin, poniendo además a Fallows en el centro de las críticas. No en vano, Helmut Marko, asesor de la compañía austriaca, llegó a sugerir que el ingeniero pudo dejar su puesto de trabajo habiendo sustraído antes información muy sensible. El excelente registro de Alonso ha despertado asimismo la ironía del director Christian Horner, que afirmó sentirse contento al comprobar que “nuestro antiguo coche circula tan bien”. El piloto Chico Pérez se movió en la misma sintonía con sus declaraciones: “Hemos tenido tres Red Bull en el podio”.

Más allá de las acusaciones directas de quienes compiten por liderar la Fórmula 1 incluso fuera de la pista, conviene poner el foco sobre el gen competidor que ha vuelto a aparecer en Alonso. El español lleva años sumido en la sombra del campeón que un día fue, posiblemente por no haber disfrutado en todo este tiempo de un monoplaza que estuviera a la altura de sus cualidades como piloto. El AMR23 ha servido de resurrección, ha elevado al asturiano hasta una tercera plaza cuando se cumplen dos décadas de su primer podio con Renault en aquel GP de Malasia.

Desde entonces, ha conseguido acumular 359 Grandes Premios, una cifra que lo define como el corredor que mayor número de carreras de este tipo ha disputado a lo largo de la historia, tras haber superado a Kimi Räikkönen, que llegó a las 353. En esta misma línea, otro de sus récords es el que apunta a la experiencia; Alonso tiene la trayectoria más longeva con 22 años y 1 día, y también puede presumir de ser uno de los cinco pilotos del mundo que han subido al podio con cinco uniformes diferentes.

Su pericia al volante está fuera de toda duda, y tampoco defrauda su aportación en el set de ingenieros. Según Tom McCullough, director de rendimiento de Aston Martin, la veteranía de Fernando es un valor añadido cuando se trata de tomar decisiones técnicas, algo que también contribuye a firmar mejores tiempos en la pista. Los halagos no sólo tienen lugar en casa propia; su compatriota Carlos Sainz reconoció hace unos días que en Ferrari preocupan tanto el ritmo del AMR23 como su facilidad para conservar las gomas en buen estado. Todavía quedan por delante otros veintidós Grandes Premios en el calendario de esta temporada. El siguiente dará comienzo el próximo 19 de marzo en Arabia Saudí, en el circuito de Jeddah. Alonso espera impaciente.

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