Por qué las lentillas son la solución favorita de quienes tienen problemas de visión

Pese al tiempo transcurrido desde su aparición y la posibilidad de recurrir a otras alternativas como la cirugía refractiva, las lentes de contacto siguen siendo la opción más escogida por quienes tienen problemas de visión y no quieren llevar gafas.

Los problemas de llevar gafas

El uso de lentillas se popularizó hace décadas al permitir a quienes tenían déficits de visión prescindir de las gafas, que pese a que lo que han ido evolucionando con el tiempo nunca han sido cómodas para llevar en verano, cuando se hace deporte, en la playa o en la piscina, y en consonancia con los avatares de los últimos tiempos tampoco con mascarilla, ya que se empañan con facilidad.

Asimismo, si bien es cierto que con el tiempo han proliferado infinidad de diseños de gafas, y en la actualidad es un complemento que puede ser visto como atractivo, para la mayoría de gente que estuvo obligada a llevarlas desde edades tempranas las gafas no les resultan nada sexys, rememorándoles recuerdos infantiles en los que tenerlas equivalía a una inexorable capitanía de los piojos.

Ventajas y ventajas de la cirugía

Cuando surgió hace un tiempo la posibilidad de operar la vista mediante cirugía refractiva, fueron muchos los que se decantaron por esta solución para solventar de una vez y para siempre sus problemas de miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia. Esta opción, que es segura en todos los casos y eficiente en la mayoría, sin embargo tiene ciertas limitaciones y problemas:

  • Sirve para corregir el problema de visión que tenga el paciente en ese momento pero no le libra de que pueda reaparecerle en el futuro. Así, se puede dar el caso de que alguien se operé de miopía y que le vuelvan a aparecer nuevas dioptrías al tiempo, aunque sea inhabitual y en la mayoría de veces se pueda resolver sin excesivas complicaciones.
  • Hay un intervalo de edad muy específico para hacer la intervención que sería a partir de los 20-21 años, cuando la graduación lleve un tiempo sin aumentar y antes de los 40, debido a que a partir de esas edades comienzan a aparecer fenómenos de presbicia o vista cansada que pueden hacer necesarias lentes para ver de cerca, con lo que no tiene sentido operarse si al final se tienen que seguir utilizando gafas.
  • No es válida para todos los pacientes, ya que no pueden hacerse cirugías refractarias en quienes tienen diabetes, enfermedades autoinmunes o patologías que impliquen tomar una medicación que influya en el proceso de cicatrización.

 Lentillas, la solución preferida

Sin embargo, todas estas limitaciones no afectan para el uso de lentes de contacto, que también se puede combinar más o menos tiempo con las gafas en función de las preferencias y necesidades particulares.

Además, ya hay respuesta a problemas clásicos como el tener que usar en abundancia líquidos para ellas, al existir la posibilidad de comprar lentillas desechables de un solo uso, que igualmente ofrecen la ventaja de que la pérdida de alguna por cualquier circunstancia no suponga tanto quebranto.

Así, por todos los motivos que hemos ido refiriendo las lentillas siguen siendo la solución favorita para la mayoría de los que tienen algún problema de vista, prefiriéndolas tanto a las clásicas gafas como a las modernas técnicas de cirugía refractiva.

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