Lo que no te puedes perder de Oporto

El barrio de la Ribeira, la estación de San Bento o el mercado de Bolhão son algunos de los lugares imprescindibles de esta ciudad portuguesa.

Una buena opción para recorrer la ciudad sin perder detalle es hacer un free tour

La ciudad de Oporto es sin duda característica de la belleza de Portugal. Sus edificios de colores, sus cuestas, su balcón al mar y sus bares sirviendo comida y bebida en cada esquina, representan no solo la cultura de una zona, sino de todo un país. Toda aquella persona que visite la ciudad de Oporto sentirá la sensación de que quiere quedarse a vivir allí tiempo, ya que a pesar de ser una ciudad cada vez más turística es extremadamente acogedora. Lo ideal es perderse por sus calles y contemplar sus azulejos, pero sin olvidarse que hay auténticas joyas que visitar y conocer que requieren de cierta planificación. Es por eso que Oporto es el lugar perfecto para disfrutar de un free tour.

Hacer un free tour en Oporto permite recorrer los lugares imprescindibles y además conocer las historias que esconde la segunda ciudad más poblada de Portugal. Entrar en la librería Lello e Irmão, visitar la iglesia y la torre de los Clérigos, recorrer el mercado del Bolhão, perderse por el barrio de la Ribeira o quedarse pasmado/a mirando al techo de la estación de San Bento son algunas de las cosas para hacer sí o sí en este viaje. La manera de que no se quede solo en una foto bonita, sino que aprendamos algo de las visitas, es realizar un free tour.

Oporto

Estos tours son una alternativa cada vez más común en los viajes, sobre todo por Europa, ya que permiten conocer las ciudades como si un amigo o una amiga nos guiase por ellas. Lo único que hay que hacer es entrar en guruwalk.com, reservar y acudir a la hora indicada al lugar de encuentro, que suele ser la plaza central de cada ciudad, y dejarse llevar por la persona que guía. Esta nos indicará dónde estamos y muchas curiosidades y datos históricos. Además, a diferencia de los libros o Internet, estos/as guías permiten interactuar, así que podremos preguntarle sitios a los que ir después, o bares por los que salir a tomar algo.

Es importante subrayar que el “free” de su nombre no implica que sean gratis. Si alguien nos guía y nos ayuda por una ciudad durante dos horas está ofreciendo un servicio que merece ser remunerado. La diferencia con otras experiencias es que en el free tour el precio lo elige cada uno, y el pago se hace una vez termina la ruta. De esta forma podemos pagar en función de la calidad de la experiencia y de cómo nos haya parecido el tour. Además, cada uno/a puede adaptar la cantidad de dinero a sus circunstancias: no es lo mismo una persona adulto con un trabajo fijo, que una familia, o que estudiantes de viaje. De ahí la libertad que caracteriza estos recorridos, que además pueden ser abandonados en el momento que lo deseemos si tenemos otra cita o si por algún motivo no nos apetece continuar.

Esta opción nos permitirá conocer todos los rincones de Oporto, o ver sitios a los que nos gustaría ir más tarde o al día siguiente para verlos en profundidad. Además de las rutas convencionales del free tour, que van parando en puntos estratégicos y especialmente recomendados para quienes visitan la ciudad por primera vez; también existen otro tipo de rutas temáticas. Por ejemplo existe una ruta por el Oporto más alternativo y underground, para conocer el street art que adorna muchos de sus muros. Existe también un recorrido por el “Oporto de las mujeres”, que recorre la ciudad desde un punto de vista histórico y feminista. La diferencia de este recorrido con otros es que incorpora historias de mujeres que fueron importantes en la ciudad y que normalmente quedan olvidadas y borradas de los libros de Historia.

Y por supuesto, además de los tours, Oporto es una ciudad para vivirla. Tras un día de caminatas y recorridos por los distintos barrios, lo mejor es ir a un bar a cenar y tomar algo. Está prohibido visitar la ciudad y no probar una de sus franzesinhas, una comida abrumadora por todos los ingredientes que lleva pero deliciosa y llena de tradición. En la zona hay muchos restaurantes o bares que la sirven. Una recomendación: si es la hora de cenar, quizás mejor compartir la franzesinha con otra persona si no queremos irnos con un buen empacho a dormir.

Y para beber, Portugal tiene muy buenas cervezas pero el vino es sin duda el fuerte de Oporto. De hecho, si somos fans de esta bebida alcohólica podemos cruzar el río y visitar alguna de las bodegas que ofrecen recorridos, museo y cata de vinos. Un recuerdo perfecto para nuestra estancia en esta ciudad portuguesa bañada por el Duero.

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