¿Cómo afectan los nervios a nuestra salud intestinal?
Profesionales de todo el mundo coinciden en que el intestino es nuestro segundo cerebro, por eso se ve directamente afectado por el estrés, los nervios o el miedo.
La actual pandemia ha generado un aumento de los niveles de estrés, lo que supone un incremento de los trastornos intestinales.
La pandemia del coronavirus ha afectado a todo o a casi todo, desde las grandes economías mundiales hasta nuestros propios cuerpos. Más allá de los daños que supone para la salud la propia enfermedad, la situación de crisis mundial y la incertidumbre que supone están generando una crisis aún mayor, que tiene que ver con la salud mental. Desde que comenzó la propagación mundial del covid-19 los niveles de estrés y ansiedad de la población se han disparado, y esto tiene consecuencias directas en nuestro estado de ánimo y en nuestro segundo cerebro: el intestino.
Ante situaciones de miedo, inseguridad o agobio, nuestro cuerpo responde con reacciones físicas, que en el caso del intestino pueden complicarse o cronificarse, por lo que debemos prestarles atención. Por eso debemos afrontar el problema desde todos los frentes: por una parte, analizar qué es lo que nos está generando estrés, y por otra cuidar nuestro sistema digestivo. Para ello podemos utilizar DEFENSE.pro, que combina cultivos de especies de Lactobacillus y Bifidobacterium que deberían estar presentes en nuestro intestino de forma natural. Además contiene toda una serie de vitaminas que contribuyen a mejorar nuestro sistema inmunitario, al mantenimiento de las mucosas normales y a un funcionamiento psicológico normal.
Para mejorar la salud de nuestro segundo cerebro, debemos combinar todo eso con una correcta alimentación, y consultar a nutricionistas o médicos si el problema se cronifica o nos impide llevar una vida normal. También es fundamental descansar e intentar reducir los niveles de estrés practicando yoga, mindfulness, meditación o acudiendo a especialistas.
Más allá del dolor o las incomodidades que pueden provocarnos los problemas intestinales, debemos prestarles atención porque podríamos estar hablando de trastornos que es necesario abordar y curar, como por ejemplo el colon irritable. Esta dolencia se caracteriza por diarreas espontáneas, dolor en el abdomen, náuseas o flatulencias; y si no se revierte a tiempo puede desembocar en enfermedades más graves.
En definitiva, estos problemas se deben muchas veces a un desequilibrio, que a menudo está generado mucho más arriba del intestino o el estómago: en la cabeza. Por eso, debemos prestar atención a nuestro cuerpo y a nuestro entorno en su conjunto para poder buscar soluciones. La medicina, los probióticos, las vitaminas y un cambio en nuestro modo de vida conlleva en muchos casos una gran mejora.
Y ante situaciones nuevas como la que vivimos actualmente también aparecen remedios nuevos, como la telemedicina. Esta herramienta trata de curar a distancia, sirviéndose para ello de las nuevas tecnologías. Esta permite que en caso de viajes, desplazamientos o confinamientos que impidan la libre movilidad, cada persona pueda seguir tratándose con su médico de confianza. Para que funcione debe haber un contacto directo entre el/la paciente y el equipo médico, preferiblemente a través de vídeo o aparatos especiales que permitan una interacción en tiempo real.