Qué es la resistencia a los antibióticos

La resistencia a los antibióticos es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las mayores amenazas para la salud global, la seguridad alimentaria y el desarrollo.

La resistencia a los antibióticos se produce cuando la capacidad de mutar de las bacterias hace inefectivo el uso de estos fármacos. Los patógenos bacterianos cambian para garantizar su sobrevivencia, se vuelven resistentes ante la acción de medicamentos diseñados para prevenirlos o matarlos. Además, para mayor gravedad, las bacterias son capaces de compartir con otras los mecanismos de resistencia que han desarrollado. Este fenómeno multiplica el problema.

El resultado de este proceso es la aparición de infecciones de origen bacteriano más complicadas o imposibles de combatir con el uso de antibióticos, lo cual representa todo un desafío para la salud mundial.

Causas de la resistencia a los antibióticos

Ni los seres humanos ni los animales generan resistencia a los antibióticos, lo hacen las bacterias gracias a su mutabilidad.

Sin embargo, la acción humana sí es uno de los factores que contribuyen a que los medicamentos pierdan la batalla contra la capacidad de adaptación de las bacterias.

Las causas de la resistencia a los antibióticos son:

  • Uso de los antibióticos cuando no son necesarios: mal uso que proviene de la automedicación de la persona enferma.
  • Seguir incorrectamente las indicaciones médicas, tomar la dosis no apropiada para la enfermedad, o no finalizar el tratamiento.
  • Diagnósticos médicos inadecuados.
  • Uso de antibióticos de mala calidad.
  • Compra de antibióticos, para uso humano o veterinario, sin prescripción médica.
  • Uso excesivo de los antibióticos en las industrias agropecuaria y alimentaria para engordar animales.
  • Irrespeto a las normas de higiene.

¿Por qué la resistencia a los antibióticos amenaza al mundo?

La pérdida de eficacia de los fármacos hace cada vez más difícil el tratamiento de las enfermedades infecciosas comunes, tales como las de las vías respiratorias superiores o las heridas infectadas.

El gran peligro es que enfermedades que son tratables se conviertan en mortales, tal como ocurría siete décadas atrás, debido a la resistencia a los medicamentos desarrollada por las bacterias.

El desafío para los científicos es crear nuevos antibióticos que sean eficaces. Tienen una desventaja: a las bacterias les toma menos tiempo adaptarse y resistir que a la ciencia desarrollar un nuevo medicamento.

Qué es la resistencia a los antibióticos

Prevención de la resistencia a los antibióticos

Personal médico y población pueden tomar medidas para prevenir la resistencia a los antibióticos. Entre las buenas prácticas del uso de los antibióticos están:

  • Tomarlos solo bajo prescripción médica y no compartir ni emplear los sobrantes.
  • Seguir con rigurosidad las normas de higiene: cubrirse boca y nariz al toser, lavarse las manos, mantener el plan de vacunación al día, preparar los alimentos en condiciones adecuadas.
  • Dar a la población la información y educación adecuadas sobre la prevención de enfermedades infecciones y el uso de los antibióticos.

En cuanto a las políticas públicas, la OMS recomienda:

  • Realizar de manera eficaz el monitoreo de las enfermedades resistentes a los antibióticos.
  • Adoptar planes y programas para la prevención y control de enfermedades.
  • Informar a la población sobre el uso de antibióticos y acerca de las enfermedades resistentes a ellos.

Las recomendaciones para el sector agropecuario incluyen la administración de antibióticos a los animales únicamente bajo prescripción veterinaria. Igualmente, evitar el uso de estos medicamentos para engordar animales o para prevenir enfermedades en animales sanos.

Semana Mundial de Concienciación

La OMS creó en 2015 la Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de Antibióticos, una ventana de divulgación para ayudar a combatir el problema de la resistencia a los antibióticos.

Se celebra en noviembre de cada año con el objetivo de informar y promover entre la población en general, personal médico y planificadores las mejores prácticas en el uso de los antibióticos.

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